sábado, 8 de febrero de 2014

Film-in-Love: Proyecto amoroso de Isi

Dado que el Book-in-Love ya está, aquí llega Film-in-Love, mi película romántica preferida.



Hace mucho tiempo atrás, el día de San Valentín pasado, logré conseguir que mi novio quisiera tener una tarde de películas y palomitas. Y claro, como era una fecha romántica, luego de mucho discutir qué película arrendar (¡no, en 14 de Febrero no se ve ni comedia ni gangsters!) nos llevamos Titanic, un clásico de clásicos que ninguno de los dos había visto antes.

Sí, la película dura sus buenas tres horas. Pero, sorprendentemente mantuvo mi atención durante todo ese tiempo, y eso sí que es complicado porque suelo distraerme muchísimo viendo pelis. Leonardo DiCaprio y Kate Winslet fueron los amigos donde nos sumergimos durante aquella tarde, y cada vez que los vuelvo a ver juntos (televisión, menciones, etc.) me hacen sacar una sonrisa. ¡Y esta vez no es la excepción!

Como todos saben, la historia parte en 1912 desde Southampton, con Rose DeWitt partiendo desde primera clase, y Jack Dawson, que ganó los pasajes a último momento en un juego de póker. Desde que se ven en la popa del barco y Jack salva la vida de Rose, sus sentimientos afloran rápidamente a lo largo de los días, aún cuando tienen en medio al prometido de Rose, Cal, y la diferencia entre sus posiciones dentro de la sociedad. Y entretanto tenemos el Corazón del Mar, una joya que le regala el prometido, nos enteramos de que Jack es un artista y de la increíble falta de botes salvavidas.

Entonces, empieza la tragedia: ¡Iceberg! Intentan dar marcha atrás, evadirlo de alguna manera... pero no. El borde del Titanic choca con el iceberg y termina mal herido, haciendo agua a una velocidad alarmante. Primera clase llena los botes calmadamente. Tercera clase contenida por los empleados. Drama, drama.
Por circunstancias del destino, Rose y Jack se quedan juntos en el naufragio. Lo sorprendente fue que esa vez no lloré ni una lágrima. Ni una sola, lo cual es raro porque con las películas, sobretodo con las partes felices, soy muy llorona. Ahora, todas las otras veces que vi la película lloré de una manera... Desde que Jack se encuentra con Rose luego de que el barco hubiese desaparecido hasta que se escucha My Heart Will Go On. Y aunque sea promocional, mi frase favorita entre todas es la siguiente. "El beso más difícil no es el primero... sino el último".

Eso fue algo que marcó el San Valentín por siempre, junto con las flores y las cartas (después de todo, es la excusa perfecta para ser romántico, ¿no?).  Yo me quedo con el amor que surgió en el Titanic, que siempre remueve mi corazón porque, por más ficticio que fuera, su solo recuerdo me hace sentir algo real.

2 comentarios:

  1. Hola de nuevo:
    Yo debe ser que soy muy poco romantica (que me temo que asi es), pero esta peli se me hizo eterna y de lomas empalagosa. No se, debo de ser muy bruta pero pelis romanticonas como Titanic me aburren. De hecho, tengo muy pocas peliculas romanticas que me gusten y quiza te tome prestada la idea para un proximo post porque, ahora que lo pienso, creo que solo tengo una favorita; practicamente magia. Quiza haya alguna mas, pero tendria que pensarlo mejor. En fin... no me enrollo mas, me ha gustado la entrada.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Ohhh qué peliculón!
    Me encantó; me acuerdo que la vi cuando la estrenaron en el cine, y no pude dejar de pensar en la historia durante días, qué preciosidad!
    Es de esas películas que marcaron una época :)
    Muchas gracias por participar en el proyecto!!

    ResponderEliminar